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La industria porcina mexicana se encuentra en una encrucijada. La transformación de la industria desde un sector productivo fragmentado de baja tecnología hacia un proveedor de carne de cerdo competitivo a nivel mundial en solo unas décadas es loable. Sin embargo, para cumplir con las expectativas futuras del mercado y brindar resultados financieros consistentes, el sector debe continuar su proceso de modernización.
Según Rabobank, la industria tiene principalmente dos opciones de cara al futuro. A través de inversiones adicionales, tiene la oportunidad de estabilizar la producción y generar retornos financieros más predecibles si procede a:
- acelerar inversiones en bioseguridad y formación de los trabajadores,
- consolidar a los productores más débiles y avanzar hacia una mayor integración vertical, y
- incrementar el valor de la canal mediante ventas de mayor valor, productos preparados y crecimiento de las exportaciones.
Alternativamente, si se consumen las ganas de una mayor inversión, la industria puede pausar su camino de modernización, quedando expuesta a la volatilidad asociada a los desafíos sanitarios en las granjas y márgenes más ajustados relacionados con la calidad variable de la carne de cerdo.
18 de octubre de 2021/ Rabobank.
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